La castración en équidos, también denominada orquidectomía, es un procedimiento quirúrgico
habitual, que tiene como finalidad la extirpación de los testículos, fuente principal de la producción
de andrógenos, y responsables del comportamiento sexual masculino.
Está indicado en los casos en los que existe una patología en el testículo, o en alguna de las
estructuras asociadas (orquitis, epididimitis, neoplasias testiculares, hidrocele, daños en los
testículos causados por traumas, torsión del cordón espermático, hernia inguinal, criptorquidia).
Además, se suele realizar con frecuencia para evitar la reproducción de caballos descartados
genéticamente o para eliminar el comportamiento masculino de caballos con un manejo
complicado.
La orquidectomía bilateral es un procedimiento quirúrgico que puede realizarse en el
campo normalmente en estación, bajo sedación intravenosa y anestesia local
(técnica abierta), o en quirófano y bajo anestesia general (técnica cerrada).
La edad es un factor que influye a la hora de elegir la técnica quirúrgica, aunque en la
mayoría de los casos los sementales pueden ser castrados con seguridad a cualquier edad.
A pesar de ello, la mayoría de caballos son castrados cuando tienen entre 1-4 años de edad; etapa en la
que el comportamiento de semental y el manejo empieza a ser complicado para su dueño.
TÉCNICAS DE CASTRACIONES
– Técnica abierta: Es probablemente la técnica más utilizadase incide en la túnica parietal y se suele realizar con el caballo en estación y en el campo, con anestesia local y bajo sedación.
A partir de la incisión realizada paralela al rafe escrotal, se exterioriza la túnica vaginal. A
continuación, se incide la túnica vaginal y se comprime hasta exteriorizar el testículo. Cranealmente
se localiza el cordón testicular y caudalmente el conducto deferente. Seccionamos el mesorquio y una vez separado el cordón y el conducto, se puede realizar una ligadura de transfixión de cada uno de ellos para proceder a la emasculación, o emascular sin ligadura (8 minutos aprox.). Con el fin de prevenir posibles hemorragias secundarias, solemos ligar y/o emascular el conducto deferente con el resto de la túnica (5 minutos aprox.).
– Técnica cerrada: Se suele realizar en quirófano, bajo anestesia general y con el caballo en decúbito dorsal. la túnica parietal no es incidida, por lo que es eliminada junto con los testículos y una porción del cordón. La túnica parietal que rodea al testículo se libera del ligamento escrotal y de la fascia escrotal traccionando levemente los testículos con una mano, y la túnica parietal que
rodea el cordón espermático es separada de la fascia que rodea al cordón espermático con la otra
mano. Cuando se ha separado la túnica parietal de la fascia, todo el paquete vascular junto con el
cordón espermático se resecciona con el emasculador.
– Técnica semi-cerrada: la técnica cerrada puede convertirse en técnica semi-cerrada realizando una
incisión de 2-3cm en la túnica parietal que penetra en la cavidad vaginal. A través de ésta incisión
se exterioriza el testículo. La túnica parietal será retirada junto con el testículo y el cordón
espermático, igual que en la técnica cerrada. Puede ser realizada en condiciones de campo a
criterio del veterinario responsable de la cirugía.
¿QUÉ TÉCNICA ELEGIR?
En primer lugar, para la elección de la técnica quirúrgica es necesario que tu veterinario habitual
realice una adecuada evaluación del caballo, lo cual requiere de una correcta anamnesis, examen
físico general, palpación externa e incluso, en caso de ser necesario la realización de una ecografía
testicular, lo cual tiene como principal objetivo identificar posibles patologías que requieran de
forma preferente de una técnica u otra.
Una ventaja de la técnica cerrada y de la semi-cerrada es que al retirar la túnica parietal y no incidir
en la cavidad vaginal, se reduce el riesgo de problemas postoperatorios como infecciones.
La técnica semi-cerrada permite la inspección de los componentes del cordón y permite que una
mayor porción del conducto deferente y de la vascularización sean exteriorizadas durante la cirugía.
En caballos con riesgo de tener una hernia inguinal, se puede evitar el prolapso intestinal usando
la técnica cerrada.
Las técnicas cerrada y semi-cerrada también están indicadas en caballos con enfermedades que
impliquen a la túnica parietal, como una neoplasia o una orquitis.
La técnica abierta presenta una mayor predisposición a realizarse en campo, ya que favorece el
drenaje de la herida quirúrgica, la cual posee una elevada probabilidad de contaminación posterior a pesar
de mantener las condiciones de asepsia adecuadas. Además, la técnica abierta disminuye
la probabilidad de formación de edemas.
TRATAMIENTO POST-QUIRÚRGICO
En la mayoría de los casos el caballo debe permanecer 24 horas mínimo de reposo en box.
A partir de las primeras 24 horas el caballo puede moverse de forma gradual bajo las
recomendaciones del veterinario, con el objetivo de favorecer el drenaje y evitar la formación de
edemas. Con frecuencia es aconsejable la aplicación de duchas de agua fría en la zona para
controlar la inflamación.
Además, los caballos deben ser medicados en la mayoría de los casos con antiinflamatorios y
antibióticos a criterio del veterinario que realice su seguimiento postquirúrgico.
POSIBLES COMPLICACIONES
A pesar de que la castración es una de las cirugías más comúnmente realizadas en caballos,
no está exenta de riesgos, y pueden existir complicaciones durante y después de realizar una
castración.
Las complicaciones más frecuentes y menos graves son la inflamación y el sangrado post-
operatorio. Una hemorragia leve o moderada (un goteo continuo o intermitente de sangre) justo
después de la cirugía es aceptable, y normalmente no es necesario ninguna intervención. Hay que
tener en cuenta que en general un caballo puede llegar a perder un 10% de su volumen
circulatorio, es decir, que un caballo de 500 kg podría llegar a perder entre 4-5 litros de sangre sin
que esto suponga un problema.
Otra de las complicaciones más probables es la infección de la herida quirúrgica, para lo que
se suelen administrar antibióticos de amplio espectro durante la primera semana post-castración.
En el caso de la realización de una técnica abierta en campo, las incisiones deben cicatrizar por
segunda intención, y por ello la herida quirúrgica debe permanecer abierta, con el objetivo de
favorecer el drenaje del líquido serosanguinolento que pueda acumularse, ya que el acúmulo de
sangre y contenido seroso dentro de la incisión favorecen el crecimiento bacteriano.
La complicación más grave sería la evisceración (un segmento de intestino pasa por el canal
inguinal y se exterioriza), también conocido como hernia inguinal. Generalmente se suele observar
tras realizar la orquidectomía, sin embargo, en ocasiones puede verse varias horas después de la
intervención. Esta situación es una urgencia hospitalaria, por lo que se debería remitir el caballo
inmediatamente a un hospital.