¿Cómo se comporta un potro neonato sano?

¿Cómo se comporta un potro neonato sano?
26 febrero, 2016 MC Veterinaria

Los potros son animales especialmente sensibles en las primeras etapas de su vida y pueden verse afectados por un amplio grupo de patologías, comprometiendo la vida del recién nacido.

Los cambios perinatales que se llevan a cabo en un potro incluyen casi todos los sistemas del organismo y el periodo en el cual se concretan todos estos cambios se conoce como periodo de adaptación.

Sistema respiratorio.

Tras el nacimiento, la apertura del aparato respiratorio y el establecimiento de una respiración normal son de vital importancia. Esta adaptación comprende un lapso de 3 minutos, el cual no puede ser excedido sin consecuencias que puedan poner en peligro la vida del potro. Tras la expansión de los pulmones y la instauración de la respiración, la frecuencia respiratoria del potro puede alcanzar hasta las 60-80 respiraciones por minuto (rpm), sobre todo durante el primer día de vida. Posteriormente, la respiración se normaliza manteniéndose entre 20-40 rpm.

A pesar de ser frecuencias respiratorias por encima de las de un adulto, la respiración debe ser regular y realizarse sin dificultad, aunque durante el sueño podemos encontrar en algunas ocasiones una respiración irregular en la que alternan fases de apnea con fases de taquipnea.

Sistema cardiovascular.

El ritmo cardíaco del neonato puede ser bajo (50-60 latidos por minutos), pero rápidamente debe aumentar a más de 100 latidos/minuto.

Tras la expansión de los pulmones parte de la sangre que circula por la arteria aorta es redirigida a los pulmones, parte de ella es desviada por el conducto arterioso que con el tiempo debe colapsarse y transformarse en una banda fibrosa. Aunque por su naturaleza elástica, el conducto arterioso puede seguir abierto hasta 48-96 horas después del parto, e incluso puede llegar a apreciarse hasta los dos meses de edad, como consecuencia de un cierre incompleto. Esta patología se diagnóstica mediante la auscultación de un soplo en la base del corazón.

El mantenimiento de una temperatura templada al tacto en la porción distal de las extremidades es un buen indicativo de una adecuada perfusión vascular.

Sistema musculoesquelético.

Los potros nacen con un sistema músculo-esquelético bien desarrollado, pero en el útero las extremidades no soportan peso, por lo que no es raro encontrar laxitud de tendones y ligamentos al nacer. Generalmente, mejoran durante las primeras semanas de vida, estimulando el movimiento del potro. El potro necesita ponerse en pie dentro de las 2 primeras horas postparto y debe ser capaz de realizar movimientos coordinados entre 2 y 4 horas después de nacer. Los problemas para ponerse en pie significan dificultades para alimentarse y, por tanto, la mortalidad neonatal resultará una consecuencia inevitable si no se toman medidas para proveerle de alimento.

Sistema inmunitario.

Los potros recién nacidos requieren de la ingestión de calostro materno, como fuente de anticuerpos, para conseguir un estado inmunitario aceptable. La ingestión de calostro debe tener lugar a lo largo de las primeras 24 horas de vida puesto que, transcurrido este corto intervalo de tiempo, la pared intestinal del potro experimenta una serie de cambios que impiden la absorción de anticuerpos.

Sistema digestivo.

Para poder alimentarse de manera efectiva, el potro debe poseer el instinto para ponerse de pie y buscar la ubre de la madre.

Una vez localizada la glándula mamaria, el potro debe encontrar la posición adecuada para mamar y tragar.

El tiempo que lleve al potro mamar por primera vez es muy importante para establecer la transferencia de inmunidad pasiva y la provisión de energía, ya que esta cría cuenta con muy pocas reservas grasas. Normalmente, dentro de las primeras 2 horas de vida, el potro está en pie, ha localizado la ubre y se ha alimentado. Posteriormente, es probable que regrese a dormir.

El potro debe lograr desechar los residuos del proceso digestivo durante la gestación (meconio) y de la ingesta de calostro, indicando la adecuada integridad del tracto gastrointestinal. La mayoría de los potros pasan el meconio tras la ingestión de alimento (dentro de las primeras 4-12h tras el nacimiento). La alimentación y el acicalamiento de la madre estimulan los reflejos rectales que promueven la defecación.

El meconio se puede distinguir claramente de los productos digestivos de la leche porque éste es de color marrón y consistencia pegajosa, mientras que las heces que provienen de la leche son de color amarillo-anaranjado y de consistencia líquida o pastosa.

Sistema urinario.

La excreción urinaria normal en un potro neonato es considerablemente mayor que la de un caballo adulto (145-155ml/Kg/día). Asimismo, la orina de un potro neonato es más diluida que la de un caballo adulto, debido a la gran cantidad de líquidos que ingieren y a la inmadurez funcional del riñón al nacimiento.

La observación de la primera producción de orina es un evento importante para descartar defectos en el tracto urinario de los potros. Tras el nacimiento, pueden tardar de 5 a 10 horas en orinar por primera vez. 

El uraco en los potros es una estructura que mantiene comunicada la vejiga con el cordón umbilical, tras el nacimiento el uraco se transforma en el ligamento mediano de la vejiga. El goteo persistente de orina por el ombligo durante varios días es anormal y en muchos casos puede llegar a complicarse.

Sistema nervioso.

El sistema nervioso del potro jugará un papel esencial en el desarrollo de la impronta y el reconocimiento materno, así como en el desarrollo de la habilidad para ponerse en pie y respirar.

El potro generalmente no está muy alerta mientras se encuentra en el canal del parto, pero puede llegar a reaccionar ante estímulos molestos como por ejemplo la presión sobre los cascos; en casos en los que interviene una persona en el parto.

Un potro normal debe tomar una posición esternal pasados los primeros minutos tras el nacimiento para ayudar a la instauración de la función respiratoria. Poco después, intentará ponerse en pie de forma repetida. Y una vez en pie, el potro se manifestará notablemente atáxico durante la realización de sus primeros pasos. Asimismo, el reconocimiento materno ocurre habitualmente en los primeros minutos de vida cuando el potro responde a los sonidos y estímulos de la madre.